Durante los primeros años de vida, un niño o niña puede presentar ciertas señales de alarma que podrían estar señalando la futura aparición de distintas condiciones del desarrollo.
En el caso de las Condiciones del Espectro del Autismo, se trata fundamentalmente de signos relacionados con el desarrollo sociocomunicativo, como las dificultades para provocar y mantener la atención compartida, la escasez de contacto ocular, la menor orientación visual a las caras, o la ausencia de imitación espontánea, entre otros.
También hay investigaciones que indican que ciertas anomalías en el desarrollo motor podrían también ser predictores de autismo.
La atención temprana especializada e intensiva puede determinar significativamente las trayectorias de desarrollo posterior, consiguiendo en algunos casos que el niño o niña evolucione de tal forma que manifieste desafíos mucho más sutiles o que incluso, algunas de sus dificultades, desaparezcan por completo (Fein, 2013).
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